14. SÉ DIGNO DE CONFIANZA
14-1. CUMPLE TU PALABRA UNA VEZ LA HAYAS DADO
Cuando uno se compromete o hace una promesa o un juramento, uno debe hacer que se haga realidad. Si uno dice que va a hacer algo, debe hacerlo. Si uno dice que no va a hacer algo, no lo debe hacer.
El respeto que uno tiene por otro está basado, en no pequeña medida, en si la persona mantiene o no su palabra. Hasta los padres, por ejemplo, se sorprenderían de la medida en que desmerecen ante los ojos de sus hijos cuando una promesa no se cumple.
A la gente que cumple su palabra se le tiene confianza y se la admira. A la gente que no lo hace se le considera basura.
Aquellos que faltan a su palabra a menudo nunca tienen otra oportunidad.
Una persona que no cumple su palabra puede encontrarse pronto enredada y atrapada en toda clase de “garantías” y “restricciones” y hasta puede encontrarse desconectada de las relaciones normales con otros. No hay autoexilio más absoluto de los compañeros de uno que el dejar de cumplir las promesas una vez hechas.
Uno nunca debería permitir que otro dé su palabra a la ligera. Y uno debería insistir en que cuando se hace una promesa, esta se debe cumplir. La vida de uno mismo puede volverse muy desordenada al tratar de asociarse con gente que no cumple sus promesas. No es un asunto sin importancia.